09 marzo, 2008

Pobreza

La asignatura pendiente


Una persona que se encuentra por debajo de la línea de pobreza es alguien que no puede alcanzar a cubrir con sus ingresos mensuales la canasta de alimentos y de servicios básicos (vivienda, luz, gas, servicios)
y aquel que no alcanza siquiera a cubrir la canasta básica de alimentos, sin considerar los servicios elementales es un indigente


Si uno camina en la ciudad y mira con atención, se puede observar gente conduciendo grandes autos importados, esquivando a otra gente que solo conduce changos de supermercados y que llevan en su interior, cartones, plásticos, y otros restos recolectados, para que más tarde sean trocados o vendidos por unas simples monedas.
También con atención, se puede observar a gente cenando en grandes restaurantes, buscando un poco más de excelencia, mientras otra gente al mismo tiempo hurga bolsas de residuos, absolutamente buscando algo de comer. Se pueden ver niños con celulares, con ultima moda y hasta con caprichos cumplidos. Y a otros niños mal vestidos, con hambre y pidiendo limosnas.
Esta es la realidad que se vive a diario aquí y en casi todas las grandes ciudades del mundo. Ricos y pobres conviven todos los días en las calles, a veces hasta silenciosamente. Las diferencias de las situaciones sociales de estos, son extensas y las posibilidades de acercar a estos extremos hacia un eje más igualitario se puede ver como algo casi imposible. Además la brecha entre este antagonismo crece a diario, y parecería no detenerse.
Según la ONU el 20% de la población mundial vive en la pobreza absoluta, es decir, sin poder satisfacer necesidades básicas como la salud, el alimento, la educación, el trabajo y los servicios primarios. Se estima además que cada año hay en el mundo 132 millones de nacimientos en los cuales deriva en que uno de cada cuatro de estos se da en la pobreza absoluta y uno de cada doce muere antes de los cinco años.
Entre las afirmaciones de la ONU refiriéndose a este tema se puede agregar que de cada cien nacidos, cuarenta de ellos no serán inscritos al nacer, veintiséis no serán vacunados, diecinueve no podrán disponer de agua potabilizada y treinta perecerán en el transcurso de los primeros cinco años. Asimismo diecisiete no acudirán a la escuela y solo setenta y cinco niños que comienzan la escuela llegaran a quinto grado.
UNICEF por otra parte, afirma que Latinoamérica se caracteriza por ser el área del mundo que presenta mayor nivel de desigualdad. En ella solo el 20% de los más ricos obtienen el 60% de la riqueza interna generada y solo el 40% de los más pobres, apenas un 10%. Hay alrededor de 193 millones de niños y adolescentes, un 38% del total poblacional y más de la mitad vive en la pobreza.
La pobreza es la primera causa de muerte en los países de Latinoamérica con una cantidad de 1.500.000 victimas anuales. Los más afectados a esto son los niños. Según ha denunciado la UNICEF perecen 3.000 niños por día por causas atribuibles a la misma, y que podrían ser perfectamente evitables. Es decir 900.000 por año, o sea el 60% de las victimas totales de la pobreza.
Latinoamérica hace más de quinientos años que sufre de desigualdades, pero durante las ultimas décadas del siglo XX, como consecuencia de los regímenes dictatoriales y de las posteriores transiciones democráticas, resulta como experiencia que las políticas económicas neoliberales no consolidaron la democracia sino todo lo contrario. Así los países de la región se han alejado de los centros de desarrollo e internamente se han acentuado las diferencias económicas, sin embargo errores paliativos han seguido incrementando la deuda externa.
Una deuda externa que fortalece la dependencia de los países y los hace vulnerables respecto a los cambios políticos internos. El Fondo Monetario Internacional, siendo quien asumió ser cobrador y supervisor de las políticas económicas de los países afectados, con sus recetas vivamente aliadas a la banca privada, y motorizadas en la apertura comercial, las devaluaciones de las monedas nacionales, la disminución del déficit fiscal y la desregulación de los mercados internos, solo provoca más retracción en las economías latinoamericanas.
Es de esta manera, progresivamente, la cantidad de pobres va en aumento. Los hijos de los pobres no tienen acceso a la educación, se enferman, están mal alimentados, no acceden a empleos productivos, no tienen capacitación, no tienen crédito y con ello se autogenera la pobreza. Esta situación se ha extendido en Latinoamérica y las estimaciones actuales concuerdan en ubicar por debajo de la línea de la pobreza a mas del 50% de la población total de la región.
Actualmente, la dinámica social en la que Latinoamérica está inmersa, la dirige a una expansión desigual sobre el desarrollo de las sociedades. La actividad económica, se encontró con nuevos mecanismos de control y organización, cuya derivada es el ‘’Capitalismo’’ Un sistema global, solo de interés para los estratos superiores, que no es capaz de sostener una respuesta que contrarreste las problemáticas sociales generadas a raíz de la modernización.
Además esta ‘’globalización’’ esconde la expansión ilimitada del capital financiero transnacional y justifica la creación de condiciones para garantizar la alta rentabilidad del mismo y consolidar sus posiciones en el área, generando una desreglamentación de los estados democráticos, que al renunciar a la no-intervención económica pierden parte de su soberanía y su legitimación social a favor de intereses privados ajenos al control político de la sociedad.
Por eso a Latinoamérica le urge encontrar nuevos caminos que hagan llevar a un mismo rumbo el desarrollo económico con una buena distribución equitativa de las riquezas, a la explotación de sus recursos, manteniendo exhaustivamente un equilibrio ecológico y la protección además del ejercicio pleno de la democracia a través de la total vigencia de los derechos humanos, que sin limitarse al ámbito político, incluye el derecho al trabajo, la alimentación, la vivienda, la salud y la educación.Es así, que la concientización de que este sistema provoca crisis demográficas y sociales imposibles de superar bajo esta estructura, debe ser el eje en el que se debe basar Latinoamérica para enfrentar y romper los factores causales de esta situación actual de retraso y subdesarrollo, producto del desarrollo de otros países dominantes. Y asimismo comprender que permaneciendo en esos parámetros internos y externos, las sociedades dependientes solo experimentaran una modernización refleja, parcial y deformada, generadora de muchas más crisis insuperables.

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