05 mayo, 2008

A Diez años de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social

Diez años atrás y en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en Copenhague, Dinamarca, los líderes del mundo se comprometían por primera vez en la historia a erradicar la pobreza sobre la faz de la Tierra, fomentar la integración social y la promoción del empleo.
Hoy, al hacer un balance de las metas y los logros alcanzados, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que poco se ha logrado en la lucha contra la desigualdad y el desempleo.

La pobreza ha descendido en términos generales, pero no en Latinoamérica y el Caribe. Si bien la pobreza ha descendido en términos generales, es decir, el número de personas viviendo por debajo de la línea de la pobreza (lo necesario para cubrir las necesidades básicas) se redujo de 30% en 1990, a 21% en 2001, según datos de la ONU, esto no quiere decir que vivamos en un mundo menos desigual. Por el contrario, el crecimiento económico mundial ha permitido reducir el número de pobres pero, al mismo tiempo, ha incrementado la brecha entre los ricos y los pobres.
En pocas palabras. El planeta genera los recursos necesarios para que todos podamos vivir lejos de la pobreza y el hambre, pero cuando llega el momento de la redistribución a unos pocos les toca mucho y a otros tantos no les toca nada de nada.
Desafortunadamente, esa realidad que afecta a millones en el mundo todavía no ha cambiado pese a los compromisos de Copenhague.
Los países donde los índices de pobreza han descendido considerablemente son China, las economías en transición de Europa Oriental y Asia Central.
Esto ha permitido prever a la ONU y otros organismos internacionales que la mayor parte de Asia y de África septentrional podrán lograr los llamados "Objetivos del Milenio", que tienen como meta reducir la pobreza a la mitad en 2015.
Sin embargo, América Latina y el Caribe no presentan un panorama tan optimista en materia de reducción de la pobreza. Según el último informe del secretario general de la ONU, Kofi Annan, América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo donde la lucha contra la pobreza ha tendido resultados "limitados o nulos". En 1997 había 204 millones de pobres en la región Actualmente el número asciende a 224 millones. De esta última cifra, 96 millones son indigentes. Y si analizamos los números podremos ver lo acertado de sus palabras. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la región viven hoy 224 millones de pobres, de los cuales, unos 96 millones son indigentes.
En 1997, los pobres sumaban 204 millones. Es decir, en los últimos años, la pobreza se ha acelerado en la región, fundamentalmente tras las crisis económicas de 1998 y de 2001. En África Sub-sahariana y en Asia Occidental, los pronósticos tampoco son alentadores. Según datos de la ONU, la pobreza incluso se ha incrementado en esta última región el mundo. Otro de los compromisos de Copenhague fue alcanzar el pleno empleo. Sin embargo, las cifras confirman que este objetivo no se ha alcanzado.
En 2003 unos 186 millones de personas en el mundo no tenían empleo, o lo que es lo mismo, poco más del 6% de la población económicamente activa. Esta cifra es un 32,8% más abultada de la registrada 10 años atrás (unos 140 millones). Como si fuera poco, a esa cifra se le suma que unos 550 millones de personas en el mundo tienen trabajo pero no ganan lo suficiente para vivir por encima de la línea de la pobreza. O, lo que es lo mismo, su salario no les alcanza para abastecerse con sus requerimientos mínimos de alimento y vivienda.
Según la ONU, existen razones claras por las cuales los compromisos de Copenhague no se han alcanzado. Entre ellas el hecho de que el incremento de la desigualdad muestra que los países no están haciendo lo necesario para enfrentar las verdaderas causas de la pobreza. La exclusión social, la discriminación, así como el escaso acceso a los servicios básicos, la violación de los derechos humanos, los enfrentamientos armados, las catástrofes naturales, las enfermedades y los malos gobiernos, son algunas de las piedras que aparecen en el camino a la hora de lograr un mundo sin pobres y más igual.
Para ministros y representantes latinoamericanos, la pobreza es mayor pero el compromiso también.Pero no sólo eso, también la pesada deuda externa que aqueja a algunos países, más que nada a los más pobres, juega un papel en contra a la hora de reducir la pobreza. La escasa generación de empleos y la dependencia de las economías de algunos países a la producción de materias primas (cuyos precios han sufrido una acelerada tendencia a la baja en las últimas décadas), hacen mucho más difícil alcanzar los compromisos de Copenhague.
Pese a los pocos avances alcanzados en América Latina y el Caribe desde la reunión de Copenhague, los ministros y representantes de la región que participan en la Comisión de Desarrollo Social en Nueva York, aseguran que hoy el compromiso de la región es mayor que el de hace una década. Un claro ejemplo de eso son los programas de desarrollo social que se han puesto en marcha en países como México, Brasil y Chile, y que la región entera observa para una futura implantación en países donde la desigualdad es grande.
Con este mayor "compromiso" de los gobiernos de la región, sólo queda esperar entonces que los objetivos ahora sí se cumplan y que los planes se lleven a la práctica, porque está más que claro que América Latina no puede dejar pasar otros 10 años para solucionar sus problemas de pobreza y desigualdad.
Los pobres no pueden esperar.

No hay comentarios: